Pascual Rosser

De vueltas con el turismo cultural: Málaga vs Alicante

Opinión. Pascual Rosser Limiñana

| Radio El Campello

De vueltas con el turismo cultural: Málaga vs Alicante
Opinión. Pascual Rosser Limiñana

Después de mi artículo en este periódico en el que me preguntaba qué tenía Málaga que no tenga Alicante, muchos son los comentarios recibidos al respecto. Nada, es la respuesta inmediata y mayoritaria, desde el más puro alarde alicantino. Quizá el orgullo por lo nuestro no deja ver poco más allá. Pero luego, pensándolo con más tranquilidad, nos lleva a una reflexión más pausada.

Un funcionario retirado del Ayuntamiento de Alicante me comentó que Francisco De la Torre, actual alcalde de Málaga, visitó la capital alicantina después de ser elegido por primera vez (año 2000). Ambas ciudades se parecen, aunque son distintas. Comparó su ciudad con lo que tenía o le faltaba entonces a Alicante de cara al turismo. Él tenía un plan, quería para Málaga una ciudad turística de referencia mundial. Esta es una anécdota que me ha contado una de las personas que le acompañó por toda la ciudad. Desde entonces, Málaga ha hecho mucho. Luego me referiré a alguna de ellas. Del talento y del éxito de otros siempre se puede aprender, desde la humildad y el convencimiento de lo mucho que nos queda por conocer, que no lo sabemos todo.

Una de las apuestas del Ayuntamiento de Alicante en la pasada edición de Fitur ha sido el turismo cultural, modalidad que se une a otros tipos de turismo como el deportivo, de cruceros, gastronómico, de interior, musical (con la nueva marca Alicante Loves Music), de congresos, cinematográfico, … Todos tienen la finalidad – entre otras cosas – de evitar la estacionalidad del turismo del sólo sol y playas.

A todo esto, se une la nueva marca corporativa de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Alicante que lidera Antonio Manresa: Cultural. La nueva imagen une los términos Cultura y Alicante, “una ciudad abierta, luminosa, diversa y alegre, que acoge a todo el mundo”. El logotipo es AL y tiene torcida la C como si fuese una sonrisa. “La nueva imagen, mucho más contemporánea y dinámica, tiene como fundamento la intención de la concejalía de apertura a diferentes ideas y culturas. El objetivo es acercar la cultura a más gente. Conectar donde está el público, avanzar teniendo en cuenta el pasado, valorando el presente y pensando en el futuro. En definitiva, compartir pasión, todos por la cultura”. Se ha contado con Cecilia Martín, estratega de marca especializada en branding cultural con una gran experiencia en conectar con las nuevas audiencias; además de con Dídac Ballester, diseñador gráfico especializado en proyectos de identidad visual. Un buen equipo para una gran marca que aúna los esfuerzos, proyectos y programación de lo que era hasta ahora esa concejalía.

Este año viene cargado de efemérides culturales teniendo al alicantino Eusebio Sempere, nacido en Onil, como su máximo exponente, al que se le suma el valenciano Joaquín Sorolla, entre otros. Cada uno con su espacio expositivo en inmuebles emblemáticos de la capital alicantina a través del MACA y del MUBAG respectivamente. Además de otros aniversarios, como el celebrado de la Sociedad de Conciertos de Alicante que ha cumplido cincuenta años pasando por el escenario del Teatro Principal lo mejor en el mundo de la música de cámara.

¿Sabía que el MACA se ubica en el edificio civil más antiguo de la ciudad? Fue construido en 1685 como pósito de trigo. También fue sede del Concejo Municipal mientras se construía el nuevo, además de Parque de Artillería y Cárcel; Instituto de Segunda Enseñanza, Escuela Profesional de Comercio. En 1966 se propuso como sede del archivo municipal y se empezaron las obras que se prolongaron hasta 1976. Pero tendría otro destino. La antigua Casa de la Asegurada se convirtió en museo el 5 de noviembre de 1977 gracias a la generosidad del escultor Eusebio Sempere que donó buena parte de su colección particular con obras de arte contemporáneo. Después se sumó Juana Francés quien en 1990 donó a este museo buena parte de su obra. Y el año pasado, Michael Jenkins y Javier Romero donaron su amplia colección de trescientas obras de arte del siglo XX. Todo hace que el MACA, Museo de Arte Contemporáneo, dependiente del Ayuntamiento de Alicante, vaya a ampliar su capacidad para albergar mejor todas esas obras de arte.

Y sino el edificio del MUBAG Museo de Bellas Artes Gravina, construido en el siglo XVIII, fue el palacio del Conde de Lumiares. Los arcos del interior de la planta baja almacenaban las mercancías que posteriormente se cargaban en varios buques en el cercano puerto. La Diputación de Alicante, de quien depende este museo, rehabilitó este edificio en 1998, que se unió con un edificio colindante de similares características, formando un solo espacio museístico. Alberga obras de Joaquín Agrasot y Juan, José Aparicio (que fue pintor de cámara del rey Fernando VII), Vicente Bañuls, Mariano Benlliure, Antonio Gisbert, Heliodoro Guillén, Rafael Monleón, Xavier Soler, Emilio Varela, … Y hace exposiciones temporales como la de ahora de Joaquín Sorolla.

Ya ve que museos hay en Alicante. Y muy buenos. Al que habría que sumar por importancia al MARQ Museo Arqueológico de la provincia de Alicante con exposiciones temporales de gran relieve como Los caballeros de Xian que se expondrán a partir del próximo mes de marzo hasta enero de 2024. Y permita que nombre al MUSA Museo de Alicante, allí perdido en el castillo Santa Bárbara, sin una dirección clara, bien vendría un mayor interés por quien corresponda (al parecer la concejalía de turismo) en su programación y divulgación de sus obras.

Pero aun teniendo buenos museos, no los tenemos de la importancia y popularidad de las colecciones y museos de Picasso, Thyssen o el Centro Pompidou que hay en Málaga. Las comparaciones son odiosas, ya lo sabe.

Bien vendría a Alicante, para mejorar nuestra oferta de turismo cultural, que la capital alicantina fuera una subsede del Museo del Prado, o del Thyssen aunque esta ya la tenga en Málaga y Andorra, y por qué no del British Museum de Londres, o del Louvre de París. Algunos de sus contenidos y su notoriedad serían un buen escaparate y un estupendo reclamo turístico para esta ciudad mediterránea. Soñar es gratis, ¿pero sería factible? Ahí lo dejo. Me dirijo a quien dependa para que se empeñe y lo consiga. Que así sea.

Pascual Rosser Limiñana

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